Saturday, April 6, 2024

Suecia es un país fascinante

Cuando llegó el momento de irnos a Suecia, si me dio un poco de nostalgia. A penas habían pasado unos días y ya nos teníamos que despedir de Finlandia. Ya me empezaba a ligeramente acostumbrar a ir a desayunar pan dulce y café a la tiendita de la esquina de donde nos hospedamos y a tomar el tren que nos quedaba a unas cuadras. Pero ni modo. Así fue como en la mañana nos preparamos para irnos al aeropuerto para tomar nuestro avión a Suecia.

En el filtro de seguridad retuvieron nuestras maletas. Por poco checaban la mía, pero luego los policías decidieron solo checar la de José. Ya después entendí que fue porque metimos nuestras esponjas de baño mojadas a nuestras maletas. A partir de ahí decidimos siempre guardar ese tipo de cosas en una sola maleta. Cuando llegamos a Suecia de lo que más nos sorprendió fue que no había filtro de migración para salir del aeropuerto. Tal vez fue porque veníamos de un país europeo. La cosa que nadie nos revisó el pasaporte ni nos hizo preguntas de cuánto tiempo estaríamos ahí, como fue que lo hicieron en Finlandia. Nos quedamos con las ganas de que nos sellaran nuestro pasaporte.

Al tomar el metro, rápidamente nos dimos cuenta de la diversidad de personas que había en ese país, no como en Finlandia en donde todos eran blancos. Había personas de piel oscura, morena y blanca. Eso nos hacía sentir como en casa, pues en Dallas hay personas de todo tipo. El metro también me pareció muy único y moderno. Aquí algunas fotos y videos que tome durante nuestro trayecto a donde nos hospedaríamos.







El lugar en donde nos quedamos era un departamento en una como unidad habitacional. El chavo/señor que nos lo rentó era músico y nos dijo que sus hijos estaban de paseo esos días y que él se quedaría en otro lugar. En su casa tenía muchos libros, un piano, una guitarra y un balcón. Sus ventanas tenían una excelentes cortinas que tapaban muy bien la luz del sol, pues a las 9 o 10 de la noche aún se veía claro. El dueño nos dio la bienvenida muy amablemente y nos dijo que nos sintiéramos libres de agarrar lo que gustáramos. Nos preguntó de donde éramos y tuvimos una ligera platica sobre eso. Dijo que había dejado fruta en la mesa para nosotros. Nos sentimos muy agradecidos e incluso le dejamos un buen review en el sitio de Airbnb. Eso si nos mostró donde depositar las bolsas de basura en caso de que se llenaran. También en ese lugar tuvimos la oportunidad de lavar nuestra ropa. Recuerdo que ese Airbnb fue de los más costosos en todo nuestro viaje, me imagino que fue por la cercanía que tenía al aeropuerto y a Estocolmo. Notamos que la calidad de vida en Suecia es un poco más costosa que en Finlandia. Comer fuera era ligeramente más caro. La zona en donde nos hospedamos se sentía muy familiar y segura. Ese día fuimos a cenar a un restaurante que justamente estaba en uno de los edificios cercanos al nuestro. Se me hizo muy buena idea que en las unidades habitacionales hubiera restaurantes, se prestaba para que la gente cómodamente fuera a comer algo sin tener que ir muy lejos. En cuanto entramos al lugar se sentía una vibra muy bonita. De hecho, en cuanto entramos una niña como de 5 años corrió hacia mí y me dio este dibujo. 


Se me hizo muy dulce. La niñita solo hablaba sueco, pero le agradecí con una sonrisa. Creo que debí de haberla abrazado. Me hizo sentir como en casa esa pequeñita. Pero creo que ya me volví muy precavida porque en Estados Unidos no se puede solo agarrar a los niños porque los papas lo pueden tomar a mal. También vimos que había unas personas del lado derecho y nos decían algo, yo como que entendí que nos ofrecían sentarnos a lado de ellos, pero no estaba muy segura. Todo paso muy rápido. Donde nos sentamos entraba la luz del sol tenuemente. En frente de nosotros había una pareja y más para al fondo había una familia. La familia nos observaba mucho, sobre todo la mamá y luego el papá se volteó como para vernos también. Ambos eran muy altos y parecían tener unos 40 años. Se veía y se sentía todo muy armonioso. De hecho, creemos que todos se conocían porque se saludaban y se despedían muy cálidamente y todos hablaban sueco solamente. Comenzaba a notar que los murmullos ya no se escuchaban en inglés y eso me hizo recordar cuando recién había llegado a los Estados Unidos y no sabía inglés. Por alguna razón me gustaba sentir esa sensación, me recordaba que estaba en otro lugar.

La comida también estuvo deliciosa.


 

En el metro también encontramos muy buenos músicos. Nos despedimos de este musico con una sonrisa. 



La zona turística en Estocolmo Suecia nos encantó. Aunque sentí que visitar Suecia es un poco más costoso, considero que vale muchísimo la pena visitar esa ciudad, pues es muy hermosa. Eso si, las calles son una tortura si no llevas los zapatos ideales, pues el pavimento no es plano, está empedrado.








Me sorprendió mucho encontrarme a la muñequita de pipi. Cuando tenía como 15 años, tuve la fortuna de ver su película. Es sobre una niña que era muy independiente y valiente. Me encantó mucho esa peli. Desconocía por completo que la película es sueca. De hecho, hasta la pequeña pipi y su creadora aparecen en uno de los billetes suecos. Por cierto, hablando del dinero, en Suecia para nada usan cambio. Por eso, al llegar a Dinamarca, terminamos cambiando las coronas suecas que teníamos a coronas danesas. Claro que nos quedamos algunas para coleccionarlas. En Dinamarca hubo algunos lugares en donde solo aceptaban cambio, al parecer porque su terminal no estaba funcionando.


Uno de los lugares más fascinantes que vimos en Suecia fue el Museo VASA en donde hay un buque de guerra del año 1628. Era impresionante ver lo bien cuidado que estaba y el sin fin de adornitos tallados en la madera. Los leones eran unos de los adornos mas repetidos en el barco y me llamó la atención que en una sección aparecían los emperadores romanos. Me gustan los nombres de Caligula y Galba y el nombre de Vespasianus me es familiar porque recuerdo que mi mamá me había platicado algo de un señor llamado Vespasiano, que vivía en su pueblo de origen.

En el museo nos explicaban los procesos para darle mantenimiento al buque y dijeron que en algún momento será inevitable que se destruya pues ya no será posible seguirlo preservando.








 

Aquí hay una maqueta que muestra como era el barco original. Se veía muy hermoso pintado. 



 

Este lugar estaba cerca del museo de VASA. Seguro era otro museo.


Después fuimos a comer, que pena que solo tome una foto de las bebidas que tomamos en el lugar donde fuimos a comer. A mi se me antojó una hamburguesa y mi esposo pidió un platillo que me recordaba mucho al sabor de los mixiotes. La carne era de cordero y estaba acompañado de una salsa que le daba muy buen sabor. Terminé comiendo de su platillo una vez que terminé mi hamburguesa. Luego platicamos un poco con el dueño del restaurante el cual resultó ser Iraní. Dijo que había emigrado a Suecia hace muchos años y que había aprendido el sueco y el inglés en ese país. Por cierto, el inglés lo hablaba bastante bien. También dijo que tenía 5 hijos. Sospecho que el lugar se llama Restarang Genuin. La comida estuvo muy buena. Aun no entiendo porque decidí pedir una hamburguesa haha.

Al día siguiente hicimos un hermoso paseo en barquito en el archipiélago de Estocolmo. Vimos otras zonas de Suecia. Había departamentos y casas que daban directo al mar báltico. Yo creo que las personas que viven ahí deben tener muy buenos ingresos. Hubo un poco de viento, pero aun así lo disfrutamos mucho. En el barco había familias, jóvenes, he incluso viajeros que andaban solos.










 Aun despues de eso nos fuimos a seguir disfrutando. No queriamos dejar de disfrutar Estocolmo. En ese lugar pagamos con coronas y creo que fue chistoso porque el chavo que nos atendio, termino ayudandonos a contar y resulto que tambien hablaba español.





Una de las cosas más fascinantes que hicimos fue andar en bici. Investigué que el costo no sería muy alto, pero quizá usamos las bicicletas equivocadas porque si salió algo carito. Pagamos como $30 dólares por bicicleta por todo el tiempo que las usamos. Me encantaron esas bicicletas porque tenían un motor eléctrico y cuando había subidas, las cuales eran muy empinadas, no teníamos que hacer mucho esfuerzo. Así fue como pudimos ver varios ángulos de la ciudad. Me fascinó ir muy rápido en la bici. Aqui algunos paisajes que pudimos ver.


















El fundador de Estocolmo.


Alguien paseando a una pequeña pipi.




Ahorita me acordé que en Suecia, Finlandia, Dinamarca y Alemania encontramos varias personas que hablaban español. En Finlandia, las personas que nos checaban los boletos para entrar a los turibus eran de España y Venezuela. También conocimos a un vendedor de cosas artesanales de Perú que era de ahí mismo, platicamos un poco con él y cuando se despidió dijo, -Viva México. En Suecia la persona que nos dio información sobre el transporte y nos vendió nuestros pases, hablaba español. Se oía como que era de España. En ese mismo país, una mesera que nos atendió, tenía acento de Argentina o quizás de Chile. La chica hablaba muy bien el sueco, porque vimos que una familia de suecos vino hacia ella y ella empezó a hablar con una niña que venía con ellos en sueco. Parecía que la niña venia triste y la chica le hablaba con mucho cariño. Los papas solo las observaban. Se me hizo tierna esa escena. Me recordó que estando en otro país vas construyendo tu propia familia.

En Dinamarca, los cocineros del lugar de tacos a donde fuimos a comer eran de Argentina. En Múnich Alemania, el chico que nos vendió unos helados nos dijo que hablaba español. En Berlín Alemania, la chica que nos atendió en un restaurante mexicano era mexicana. Creo que fue la única que conocimos que era compatriota. Era curioso, porque cuando les decíamos que éramos mexicanos, se sonreían, era como si les diera gusto vernos. Eso se me hizo muy lindo.

Por cierto, hablando de personas que hablan español, recordé que en una ocasión ya noche y de regreso al departamento que rentamos en Suecia, escuchamos música latina que al parecer venía de la parte de arriba de un edificio. Nos regresamos y vimos que había guardias de seguridad y había una sección para formarse para entrar. Vimos que venía una pareja y les pregunté no sé si en inglés o en español si sabían qué evento era y nos dijeron sí, es un evento de música latina. Nos dijeron que era el primer evento de música latina en Estocolmo. Nosotros así de que chido. Después, nos invitaron a entrar con ellos. Al parecer el chavo era uno de los organizadores de ese evento. Había cover esa noche y para nosotros fue gratis. Subimos varios pisos y al llegar a la parte de hasta arriba, vimos que se estaba poniendo bien el ambiente. La chica me dijo, -Quítate la chamarra chica que ya no es invierno. Creo que me dijo dos veces, haha. Y yo así de, -Ay no, yo tengo frio. La chica era de Chile y el chico de Perú. Fueron muy buena onda porque nos invitaron a entrar gratis. La música no era de nuestro total agrado, era como reguetón, pero era chido ver a tantos Latinos en un solo sitio disfrutando. Luego, fuimos al baño y descubrimos que estábamos en la azotea de un centro comercial. Para ir al baño, tenías que bajar por unas escaleras eléctricas y de ahí se alcanzaban a ver las tiendas de ropa ya cerradas. Eso sí, había mucha seguridad, he incluso eran Latinos los que cuidaban. No duramos mucho en el evento, pues ya estábamos algo cansados, nos fuimos después de un rato, pero si nos pareció chida la experiencia.

Durante nuestra visita en Suecia leí que también tuvieron practicas similares a las que tuvo Alemania para según mejorar su raza. Leí que hace tiempo esterilizaban a mujeres que no eran blancas y a mujeres pobres o que demostraban que no eran inteligentes. Según lo hacían para mejorar la clase de gente en este país. Que terrible debió ser vivir en esos tiempos ahí. Ahora se nota que sería un buen lugar para vivir, aunque no dudo que aun exista el racismo.

Lo que puedo decir en general de Suecia es que es un país muy cultural. Se nota que seguido hay eventos interesantes. Vimos varios carteles de eventos de música, cine y exposiciones. Si parece que son muy abiertos a culturas de otros lados del mundo.

Se nota que la ciudad tiene mucha historia y que sus zonas turísticas están bien preservadas. Las personas nativas parece que ya están muy acostumbradas a ver personas de diferentes lados. Ahí no notamos tanta atención especial hacia nosotros, pero tampoco fueron mala onda. Nos encantaría volver y porque no, vivir un par de años ahí. Me intimida un poco el idioma, pero quien quita y la hacemos comunicándonos en ingles solamente. Que fortuna fue haber visitado este hermoso país.