Saturday, January 20, 2024

Visitando Finlandia por primera vez

Hace unos meses al fin se nos hizo viajar a Europa. Ya desde cuando queríamos hacerlo, pero no nos atrevíamos por diferentes razones. Una tarde cualquiera, decidimos al fin comprar los boletos de avión y así comenzó todo. Nuestra primera parada fue en Helsinki, Finlandia. Ya deseábamos ir ahí desde hace mucho, incluso habíamos platicado la posibilidad de vivir ahí algún día por la calidad de vida y diferentes servicios básicos gratis. Ir nos ayudaría a ver cómo viven las personas e imaginar cómo sería vivir ahí. En cuanto nos subimos al avión en Dallas notamos varias diferencias. La comida que nos dieron era un tanto diferente a la que nos darían en un vuelo de Estados Unidos a México. Fue curioso que, al aterrizar, las azafatas se dijeron “happy landing.” También la variedad de películas era diferente, pues gran parte de ellas, si no es que todas, eran finlandesas. Yo vi la de Metsurin Tarina. Me encantó. Mostraba el clima helado de Finlandia y la forma en la que actuaban las personas era un tanto desesperanzadora e inocente. También tenía partes relacionadas con los ovnis, lo cual me parecía curioso. Al llegar al aeropuerto, mi esposo y yo compramos un café. Nos preguntó el chavo que nos atendió si deseábamos pagar en euros o en dólares. Esa pregunta fue inesperada y se me ocurrió decir que en euros. Luego fuimos al sanitario. Mi esposo notó que para secarse las manos había aparatos donde colgaba una tela en vez de papel que por cierto no podía arrancarse, el aparato reconocía cuando dejabas de jalar de la tela para secar las manos y recorría la tela para dejar un nuevo trozo listo para alguien más. Este tipo de aparatos los encontramos más adelante en Suecia. Yo noté que el papel de baño en el sanitario de las mujeres era verde. También las divisiones de los baños llegaban hasta el piso. Eso si me agradó, se sentía mas privacidad.

Aquí algunas de las primeras fotos que tomamos.



Quinoa Aztec Salad,


Los europeos solo necesitan deslizar su pasaporte en estas maquinas, saludan al oso y pasan libremente a Finlandia. Los demás, deben pasar por donde el agente les pide su pasaporte, les hace algunas preguntas como cuanto tiempo van a estar en el país y que lugares van a visitar y listo. 



Meksiko

Ahí salimos felices, pero fue una rollito lograr encontrar el transporte que nos llevaría a nuestro hotel. Por alguna razón nosotros nos confundimos y fuimos a sitios que para nada eran. Lo curioso es que no era complicado encontrar el transporte. El aeropuerto era muy pequeño. En fin, cuando lo encontramos nos sentimos muy contentos.


El metro




Al buscar un sitio donde comer, nos entramos varios murales interesantes.


Tambien vimos unos pequeños conejitos.



Adios amigos...


Tambien aprovechaba para apreciar las bellas flores que tambien encontramos en el continente americano. 

El vendedor de fresas traia un gorro que simulaba una fresa. 



Esta es una iglesia que esta construida en una gran roca. La roca fue tallada hasta formar la iglesia. 




Encontramos un panteon que tenia tumbas muy antiguas.




Transportandonos en el tren.




Noten que al perrito no le gusta el perfume.


Uno de los lugares que me gusto visitar fue la biblioteca pública en donde había juegos de ajedrez, máquinas para coser, para imprimir en 3D, entre otras cosas. Las computadoras para buscar libros tenían la opción de cambiar de idioma finlandés a sueco, e inglés. Creo que vivir en Finlandia sería un poco difícil por los idiomas. No solo necesitaríamos aprender finlandés, sino que también sueco porque aún traducen bastante al sueco debido a que en el pasado Finlandia era dirigido por Suecia. Incluso en alguna parte leímos que solo el 30% de la población aun habla sueco y por ellos es que hacen esas traducciones. Lo curioso es que en Suecia no traducen nada al finlandés. Mas bien, traducen del sueco al inglés. También notamos que a pesar de que era martes, había muchas personas tomando café en la biblioteca. Algunas personas parecían ser familias y otras amistades. Notamos que a los finlandeses les gusta mucho pasar el rato reunidos ya sea tomando café, cerveza, o saliendo al parque. Tal vez les gusta mucho hacer eso en temporadas en las que el clima no es tan extremo.


Convenci a mi esposo de jugar una partida de ajedrez. Ya no me logra ganar :(


Debo mencionar que la gente era bastante amable con nosotros. También, casi todos, sobre todo los jóvenes, hablaban inglés. Lo cual facilitaba mucho todo.

Un día paseamos por unas calles y encontramos este edifico que nos gustó. Caminamos mas y encontramos un buffet de sushi demasiado rico. Luego, al salir vimos que había una tienda de ropa usada donde afortunadamente encontré una chamarra que me protegió del frio en todo el viaje y solo pagué 10 dólares por ella. Había prendas muy chidas y a muy buen precio, pero no pude comprar más porque solo contemplábamos espacio para recuerditos.


Caminando encontramos un parque en donde vimos un grupo de jóvenes de unos 15 años. Todos estaban parados platicando y no se veía que tuvieran su teléfono a la mano, ver eso me recordó mucho la dinámica social que existía hace algunos años, donde no era necesario pasar horas deslizando la pantalla de un teléfono mientras estabas cerca de tus amigos. Mas tarde, queríamos ir al sanitario y afortunadamente encontramos un baño en el parque. Era un baño que no había visto en ninguna parte pues para abrirlo, presionabas un botón y para cerrarlo presionabas otro botón.

Algo que también notamos, fue que los jóvenes fumaban bastante. También cada uno tenia su estilo de vestir muy único. La población en general era muy parecida: piel blanca, ojos de color y cabello rubio. Era curioso estar en una sociedad en donde éramos las únicas personas morenas y bajas de estatura en comparación con el tono de piel y tamaño de los finlandeses. También, la ciudad se sentía bastante segura y tranquila. Investigando encontré que la densidad de población en Helsinki es de 3,034 personas por kilómetro cuadrado. Esto es la mitad del de la ciudad de México donde la densidad equivale a 6,000 personas por kilómetro cuadrado. Sin duda eso hace que los recursos alcancen más para todos. En una tienda de recuerditos encontramos a una vendedora que parecía Latina. Resulto que era mexicana. Dijo que su esposo era finlandés y que lo conoció en un viaje que hizo a Finlandia. Su estadía se extendió porque lo conoció a él y después ya no la dejó volver. Un día anterior estuvimos en esa misma tienda y sospecho que su esposo era el señor que nos ayudó a encontrar una tienda donde vendían adaptadores para conectar los cargadores de nuestros teléfonos. Fue muy amable y hasta nos escribió las instrucciones de cómo llegar. Por cierto, si planean ir a Europa, siempre lleven adaptadores porque sus conexiones son diferentes.

Estos fueron algunos de los recuerditos que vimos en la tienda.


Era muy fácil trasladarnos en el tren y en el bus. Cuando llegué a Dallas me puse a imaginar cómo sería si nos pudiéramos trasladar en tren fácilmente como lo hacen en Finlandia, Suecia, Holanda, Dinamarca, y en Alemania. Pero es imposible, porque si se diseñara una vida así aquí dejaríamos de mantener a las aseguradoras de carros, dejaríamos de pagar intereses a los vendedores de autos y dejaríamos de usar gasolina.


 En el aeropuerto cuando nos dirijiamos a Suecia, entramos al filtro de seguridad y nos sorprendió que no nos quitaron nuestra botella de agua. Cuando vamos de Estados Unidos a México o incluso dentro de Estados Unidos, siempre nos las quitan. También, el agua en Finlandia y en Suecia sabía deliciosa, incluso la de la llave. Noté que, en el baño del aeropuerto, había una bocina que tocaba el sonido de pajaritos.



Otra cosa curiosa que noté es que, en Finlandia las personas que trabajan de intendencia son personas de rasgos orientales, me imagino que es porque tienen proximidad a países donde tienen esos rasgos. En Dallas, por ejemplo, las personas que trabajan de intendencia en los aeropuertos por lo regular son personas hispanas.

Visitar Finlandia nos encantó. Las personas fueron muy amables con nosotros. El dueño del Airbnb donde nos quedamos fue muy amable, platicamos con él como una hora. Tenía mucha curiosidad de saber porque habíamos decidido visitar Finlandia. Fue interesante ver que varias personas mostraban un poco de defectos físicos, como columnas un poco desviadas, problemas para caminar, entre otros, quizá porque ya se mezclaron mucho entre ellos y eso eventualmente ha generado problemas genéticos en la población. También para nada usan su moneda local, usan principalmente el euro y eso que no tiene mucho que se unieron a la unión europea. Difícilmente aceptan cambio y en todos lados se usa tarjeta.

En Helsinki, Finlandia percibimos mucha tranquilidad, felicidad, estabilidad económica, pero falta un poco de caos al que estamos acostumbrados. Creo que faltan mas personas, mas diversidad y mas movimiento. Aun así queremos volver, sobre todo para visitar zonas como Rovaniemi y Lapland. Aunque no creo que Finlandia seria un lugar en donde me gustaría vivir, si nos gustaría visitarlo muchas veces más.