Monday, April 6, 2015

Y aquí seguimos…


Fotos, discos, películas, libros, aretes, muñequitas, un balero, un caballito de corcho, un suéter… cosas que no quiero que estén lejos de mi y que me recordarán a cada una de esas personas importantes para mí, y de las que de alguna manera estaré compuesta.
Y es en una situación así donde me doy cuenta de que me siento satisfecha, de lo que hice y disfruté a cada momento y me siento tranquila también, es como cuando te vas a morir y en tus últimos días no quieres decirle nada a nadie ni regalarle nada a nadie ni hacer nada que no hayas hecho porque ya lo hiciste :D. Creo que hacer lo que te gusta en el momento propicio es bien importante y llenador.
Así es, y que bueno, solo así puedo seguirme a caminar otros rumbos…

Esto fue lo que escribí el viernes 6 de abril del 2012, el día que emigré a los Estados Unidos.

Mucho ha pasado desde que emigré a este país. El comienzo fue sin duda, lo más duro en mi vida. Nunca me había enfrentado con nada que ameritara tanta preocupación, insatisfacción, intranquilidad y desanimo. Creo que no me imaginaba para nada todo lo que viviría, lo cual creo que estuvo bien, pues de haber sabido quizá no me hubiera animado a vivir la experiencia. Ahora todo es diferente.

En mi estadía aquí, me he dado cuenta de mi desarrollo, de como he aprendido  a madurar y a aprovechar las oportunidades. Los primeros 8 meses fueron muy duros. Faltó muy poco para que dijera iNo más!. Mucho tiempo pasé culpandome por ese mal tiempo, pensando en que pude haber previsto cosas para no pasarla mal. Pensaba en que debí de haber aprendido inglés con aterioridad y que debí haber ahorrado dinero para poder comprar un auto al llegar. Incluso llegué a culpar a otros por mi situación. Y es que emigrar no es fácil. Yo nunca preví muchas cosas como dónde trabajaría, cómo me desplazaría, y demás. Pensaba que todo sería sensillo y no imaginaba que sería lo más duro que me tocaría vivir. Ahora pienso que desde luego no soy culpable por eso. Ahora pienso que esos momentos de dificultad hay que apreciarlos porque son ellos los que te hacen crecer y apreciar el éxito.
 
En estos largos y cortos tres años, muchas de mis amistades prosperaron y otras no. Eso algunas veces resultó inesperado y en otras algo que se veía venir. Mi relación de pareja fue de las que si tomaron un equilibrio hermoso. Tomó su tiempo, pero llegó y eso es uno de mis motivos más importantes para estar de pie y felíz.

Lo que he disfrutado mucho es conocer gente de otros países. Aprender de su cultura, sus tradiciones y sus creencias ha sido de lo que más he aprendido y disfrutado. Al inicio me parecía impresionante ver que en frente o al lado de mi, hubiera gente de países super lejanos al mío. También me parecía muy curioso ver personas de color, dado que en la Ciudad de México eso no es común.

Nuevas personas han llegado a mi vida y han ocupado al fin ese espacio que seguía vacío desde que llegué. Me refiero a nuevas amistades con las que puedo intercambiar diálogos, momentos y espacios. Nunca se me había dificultado tanto encontrar gente con la que me conectara bien y ahora que lo tengo procuro preservarlo.  

Aprender inglés, ha sido de los más grandes desafíos al estar aquí. Recuerdo cuando entré al nivel más básico de las clases que llaman ESL. Mi professor fue un “morenito” (así les llaman para referirse a alguien de color) y me encantaba su clase. Recuerdo mucho cuando alguien le preguntó –profesor, ¿cuánto tiempo tiempo en total nos tomará aprender inglés? Y el respondió –cuatro años, o quizá más. Recuerdo el animo aflijido de mis compañeros. Yo me quedé callada y no quise pensar en el tiempo. Aprender inglés sin duda toma tiempo y ayuda el no desesperarse. También  no se trata de confiarse, se trata de ponerle empeño. Estudiar inglés no se compara con estudiar una carrera, a veces creo que es más complejo. Aprender a escucharlo y hablarlo ha sido lo más difícil para mí. Creo que mucho se debió a que tenia la costumbre de sensurarlo cuando veía películas, las cuales tenían subtitulos y según yo eso era suficiente. Recuerdo que los primero meses en que llegué, cuando escuchaba el inglés mi cerebro recolectaba los sonidos familiares y les daba sentido, creando diálogos que nunca supe si era lo que el orador decía. También sentía como si en mi cerebro caminaran hormigas, como si se ensanchara porque estaba haciendo esfuerzo al entender esos nuevos sonidos.  Es Bueno decir que mucho progreso he tenido. He servido como interprete en el hospital para mi mamá e incluso enseño unos cursos para ayudar a chavos/as de preparatoria para pasar un examen que les permita tomar clases de colegio. Es algo así como el examen que hacemos en México para entrar a la universidad pero mucho más sensillo. Aún me falla un poco mi pronunciación, pero como decimos en México “yo le hago la luchita”. La verdad es que es bien bonito ver los retoños de esos tiempos difíciles de los que les hablaba. Ya hasta puedo decir que me he acostumbrado a vivir aquí. Casi puedo decir el día exacto en que me dí cuenta de eso. Ese día fue un día de julio del año pasado, cuando llegué de mi visita a México. Ese día recuerdo que me sentí felíz de llegar, de respirar aire limpio y de apreciar lo natural del espacio en donde vivo. Ese día me dije –Ya valiste, ya te acostumbraste Liz (esas fueron las palabras exactas que usé).

Siento que desde que me acostumbré a vivir aquí la forma de ver todo ha cambiado. Creo que lo veo todo con más amor. Antes recuerdo que quería que los días se pasaran rápido para ir a México y ver a mi familia, a mi novio y amigos. Ahora pienso en que debo enfocarme en mi proyecto de vida que es aquí y luchar porque los que amo estén un día conmigo.

 
 
 

Gracias por leerme. Espero tus comentarios J

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